Una de mariposas, como se hizo Melanargia lachesis

 Melanargia lachesis, Buenavista de Valdavia. 90 mm, 1/15", f3.8, ISO 100

 Este fin de semana que iba a Buenavista de Valdavia quería haber aprovechado los oscuros cielos palentinos y volver a captar la vía láctea en esos sorprendentes cielos cargados de estrellas. Pues bueno, al final escogí dormir. Aunque previsor que es uno, metí el Tamron 90 en la mochila ya que era más que probable que hiciera algo de macrofotografía.

 Vamos a contar ahora como el semi azar me lleva a hacer esta foto de mariposas. Más concretamente de esta mariposa, la Melanargia lachesis.

 Los que me leéis habitualmente ya sabéis que tengo una casa familiar en Buenavista de Valdavia, Palencia y que este año por fin me he tomado un poco más en serio la rehabilitación de la fachada de la casa. Bien, pues este fin de semana he ido a colocar una ventana que por motivos de diversas índoles he ido postergando.

Pero bueno, vamos con la mariposa, la Melanargia lachesis que es lo que nos interesa.

 Después de estar todo el sábado currando, ya tenía más que claro que no iba a salir por la noche. Aún así me puse el despertador. Como me lleve a Hartza, mi Perrito fiel, pues me bajé con él al río para su paseo vespertino. Bajé sin cámara. Pero por mucho que vayamos sin cámara, cuando nos ha picado el bicho de la fotografía vamos buscando fotos por todas partes. Así que al subir de vuelta del paseo iba parándome y rebuscando insectos por todas partes, en especial por las flores de los cardos que suelen ser los posaderos elegidos por varias mariposas, entre ellas la Melanargia lachesis.
Pero por mucho que vayamos sin cámara, cuando nos ha picado el bicho de la fotografía vamos buscando fotos por todas partes.
  Y así fue, casi llegando a las primeras casas encontré a esta Melanargia lachesis y algunas otras mariposas posadas ya para pasar la noche. Entonces pensé en ir a casa a por la cámara y volver, total estaba a escasos 2 minutos. Salí del camino y me metí en el macizo herbáceo donde estas estaban para cerciorarme que iban a seguir allí si volvía o por el contrario se espantarían ante los movimientos de mis 80 kg. Algunas mariposas se asustaron y emprendieron un vuelo torpe, otras se movieron sutilmente en sus posaderos, nuestra Melanargia lachesis ni se inmutó. Esto me hizo reconsiderar la estrategia.

  <<¿Y si corto la flor y me la llevo a casa?>> Pensé. A fin de cuentas estoy a lado de casa y el patio está sin cortar el césped, tengo para crear un fondo natural, voy a ocasionar menos destrozo en mi patio que en posibles micro ecosistemas ya que en el patio por mucho que aplaste las hierbas lo voy a segar en un par de fines de semana y además voy a estar más cómodo. Así lo hice. Corté la flor del cardo con sumo cuidado y me fui a casa.

 Ya en el patio de casa opte por una zona en la que Hartza había estado tumbado parte del día por lo que ya tenía el terreno aplastado. Cuestión de comodidad, no había otros motivos. Busqué unas hierbas fuertes donde sujetar la flor del cardo con una pinza y comprobé que me ofrecía un bonito fondo.

 A estas alturas os estaréis preguntando si la mariposa aún seguía quieta sobre la flor del cardo o si nuestra Melanargia lachesis seguía con vida. Ahora al final de la entrada veréis la suerte que corrió nuestra grácil modelo la Melanargia lachesis. Antes, aclarar para aquellos que desconozcan el mundo de los insectos, que estos necesitan del calor del sol para activarse y sin este se quedan bastante dóciles en su posadero, pudiendo incluso con mucho cuidado de no dañarles cambiarles a una posición más favorable para la foto, un fondo más limpio por ejemplo.

 Bueno, ya sabéis como llegó la Melanargia lachesis y que situé su posadero donde mejor me pareció para lograr un bonito fondo y por comodidad para mi. La comodidad también es importante para trabajar sin prisas.

 Sobre el fondo he de decir que incluí en él unas hierbas con una especie de flor acampanada a cierta distancia y que no quedaban mal semi desenfocadas y con un encuadre más abierto. Aunque al final las corté con unas tijeras y cerré más en encuadre.

 Los parámetros, en el pie de foto están puestos, añadir que están ajustados a la luz natural ya en sombra aunque con mucha luz y con la cámara sobre el trípode.

 Debido a la extrema aproximación y apertura usada, la profundidad de campo es escasa lo cual solventé haciendo 3 fotos, aunque hubiese necesitado una cuarta para la antena trasera. Pero bueno, tampoco son cuestiones que me preocupen mucho, a veces hago una foto sólo y otras veces fusiono 6 fotos con distintos puntos de enfoques. Depende el día.

 El procesado. He tratado de ser sutil dotando al conjunto de cierta suavidad.

 Como epílogo contaros que a la mañana siguiente nuestra Melanargia lachesis aún seguía allí. Se había deslizado un poco por el tallo y le hice un par de fotos sin muchas pretensiones y cuando volví del paseo con Hartza en el cual si bajé con la cámara y estuve macreando, aún seguía allí. Trasladé la flor del cardo con nuestra protagonista en su tallo a un punto bañado por el sol. Me fui a la cocina a ponerme un café y salí otra vez al patio, mientras me lo tomaba nuestra mariposa emprendió el vuelo.

 Y hasta aquí la entrada semanal. Volveremos la próxima semana con otra historia que contar:












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