Cormorán grande (Phalacrocorax carbo) y Cormorán moñudo (Phalacrocorax aristotelis)

 

Cormorán grande en la balsa de Bolue, Getxo.

Descripción

El Cormorán moñudo se diferencia entre otras cosas en tener un menor tamaño que el Cormorán grande, ambas son aves de buen tamaño, con una talla de entre 65 a 80 cm y de 90 a 105 de envergadura para el Cormorán moñudo y de 80 a 100 de talla y 130-160 de envergadura para el Cormorán grande. En ambos casos su plumaje es uniformemente negro con tonos azul-verdosos. El moñudo si es un ave nidificante en la Península Ibérica, mientras que el grande es invernante, aunque lleva ya unos años asentado en territorios del interior. Ambos cormoranes son aves acuáticas del orden de las Pelicaniformes, distinguibles de los patos por su mayor tamaño, cola más larga y silueta más estilizada y un potente pico que termina en gancho. Como las anátidas, tienen los pies palmeados con los dedos unidos por una membrana interdigital que favorece la capacidad natatoria.

No es fácil distinguir a ambos sobre el terreno. El Cormorán moñudo es algo menor y estilizado, su plumaje es totalmente negro sin las manchas blancas que tiene el Cormorán grande en los muslos durante la época de cría y en las mejillas y en la base del pico durante todo el año. Característico del moñudo es el penacho de plumas a modo de moño, que le crece en la cabeza durante su época nupcial y solo le dura unas semanas, de ahí su apelativo. Los ejemplares jóvenes presentan un plumaje pardo en vez de negro.

Costumbres

El Cormorán moñudo es estrictamente marino, a diferencia del grande que es habitual verlo en aguas dulces. El Cormorán nada y bucea muy bien, pero tiene la particularidad de que sus plumas no son impermeables, algo poco habitual en especies acuáticas, por lo que tras varias inmersiones debe de secarse, permaneciendo largos ratos posado en alguna roca con las alas desplegadas para exponer la mayor superficie posible al sol y aire.

Se alimenta básicamente de peces que captura buceando con gran habilidad, aunque no es raro verle comer crustáceos. Las inmersiones llegan a alcanzar hasta los 10 metros de profundidad y pueden aguantar hasta un minuto.

La reproducción se inicia hacia finales de marzo. Anida en colonias sobre plataformas y cuevas de acantilados. El nido es una mezcla de algas, ramas pequeñas y diversas plantas que aportará el macho, y la hembra será la encargada de los trabajos de construcción con la materia prima que el macho traiga. Puesta de 3 huevos entre marzo y mayo, de color azulado. Incuban ambos sexos durante un mes, que nacerán los pollos, desnudos y permaneciendo en el nido unos 45 días. Ambos progenitores alimentaran a los pollos durante ese tiempo regurgitando parte de los peces capturados. Poco después de abandonar el nido ya pueden volar, pero se mantendrán en el grupo familiar durante uno o dos meses más.

El cormorán moñudo, fuera de la época de nidificación es menos gregario que el Cormorán grande, normalmente se le observa, al moñudo, solitario o en parejas, raramente en pequeños grupos. Los adultos permanecen sedentarios en su área, observando únicamente cierto nomadeo invernal. En los jóvenes es más habitual ver movimientos de dispersión a lo largo del otoño e invierno, las la ruptura con los grupos familiares. Se asientan y comienzan a criar al cuarto año de vida, rara vez lo hacen en el tercero.

Hábitat

El Cormorán moñudo habita en costas rocosas con acantilados e islotes de difícil acceso. Desarrolla todas sus actividades en aguas costeras, sin internarse en alta mar. Dentro de la costa se mueve por tramos abruptos, rara vez por playas o estuarios. A diferencia del cormorán grande, el moñudo es estrictamente marino.

Su área de distribución es casi exclusiva de Europa, limitada a las costas Atlánticas y Mediterráneas del continente europeo y colonias dispersas por el Norte de África y el Mar negro.

Las características abruptas de la costa cantábrica, ofrecen al Cormorán moñudo un hábitat muy adecuado para él, por lo que es de esperar, que a pesar de lo exiguo de su población, es de esperar que se mantenga o aumente como ya sucede en otras partes del continente europeo.

Como al resto de especies marinas, los residuos petrolíferos que flotan a la deriva por el mar pueden enviscar su plumaje causándoles la muerte. Las redes de pesca extendidas a lo largo de las zonas costeras son otra grave amenaza, causando bajas al enredarse entre ellas en sus buceos.