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Consejos para la fotografía de paisaje I (La Luz)
Entendemos por fotografía de paisaje aquellas tomas captadas en espacios abiertos y con una mínima acción por la mano del hombre. Este tipo de fotografía es posiblemente la de más fácil acceso pero no por ello la más sencilla de hacer.
¿Cuántas veces hemos visto en parajes pintorescos a decenas de personas haciendo fotos? ¿Cuántas de esas fotos presentan graves fallos como horizontes torcidos, rangos dinámicos pobres o graves trepidaciones que las hacen inservibles? Y ¿cuántas veces hemos sufrido la frustración de ver como nuestras fotos no se parecen en nada a lo que vimos en la realidad?
No os preocupéis, en esta y en las próximas entradas vamos a intentar arrojar algo de luz sobre la fotografía de paisaje para que nuestras fotos sean mucho más atractivas.
La Luz.
La luz natural en este planeta viene regida por el sol y según donde este posicionado con nosotros obtendremos unos resultados u otros. Las mejores horas para el paisajista son el amanecer o el atardecer ya que su luz es más tenue y cálida consiguiendo tonos y sombras que darán volumen a las fotos.
Por comodidad trabajo más al atardecer, tengo mayor margen para estudiar la localización ya que llego de día y los tonos cálidos están presentes un poco más de tiempo. El amanecer es más rápido, te puede brindar una luz magnifica pero en un instante se llena todo de luz. Trabajar al amanecer tiene sus ventajas, el aire está más limpio, es casi seguro que estaremos solos y no se si será percepción mía pero tiene una luz que no tienen los atardeceres. Es por ello que un paisajista no tiene que dudar en ponerse el despertador.
Se aprecia la diferencia en los ejemplos de arriba entre una foto tomada a las 12 del mediodía y otra justo cuando se pone el sol.
Y la última opción de luz natural que nos queda es la de cielos nublados o con lluvia. Esa luz nos brinda la oportunidad de fotografiar a cualquier hora del día ya que las nubes filtraran los rayos y nos proporciona una luz suave, si bien es cierto que los cielos serán monótonos y sosos, hay múltiples posibilidades sobre todo dentro de un bosque, no desechéis estos días tan ligeramente.
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Y atentos siempre a cualquier claro que se pueda abrir entre las nubes.
¿Cuántas veces hemos visto en parajes pintorescos a decenas de personas haciendo fotos? ¿Cuántas de esas fotos presentan graves fallos como horizontes torcidos, rangos dinámicos pobres o graves trepidaciones que las hacen inservibles? Y ¿cuántas veces hemos sufrido la frustración de ver como nuestras fotos no se parecen en nada a lo que vimos en la realidad?
No os preocupéis, en esta y en las próximas entradas vamos a intentar arrojar algo de luz sobre la fotografía de paisaje para que nuestras fotos sean mucho más atractivas.
La Luz.
La luz natural en este planeta viene regida por el sol y según donde este posicionado con nosotros obtendremos unos resultados u otros. Las mejores horas para el paisajista son el amanecer o el atardecer ya que su luz es más tenue y cálida consiguiendo tonos y sombras que darán volumen a las fotos.
Por comodidad trabajo más al atardecer, tengo mayor margen para estudiar la localización ya que llego de día y los tonos cálidos están presentes un poco más de tiempo. El amanecer es más rápido, te puede brindar una luz magnifica pero en un instante se llena todo de luz. Trabajar al amanecer tiene sus ventajas, el aire está más limpio, es casi seguro que estaremos solos y no se si será percepción mía pero tiene una luz que no tienen los atardeceres. Es por ello que un paisajista no tiene que dudar en ponerse el despertador.
Se aprecia la diferencia en los ejemplos de arriba entre una foto tomada a las 12 del mediodía y otra justo cuando se pone el sol.
Y la última opción de luz natural que nos queda es la de cielos nublados o con lluvia. Esa luz nos brinda la oportunidad de fotografiar a cualquier hora del día ya que las nubes filtraran los rayos y nos proporciona una luz suave, si bien es cierto que los cielos serán monótonos y sosos, hay múltiples posibilidades sobre todo dentro de un bosque, no desechéis estos días tan ligeramente.
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Y atentos siempre a cualquier claro que se pueda abrir entre las nubes.
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