De fotopaseo por el P.N. del Gorbeia (Urigoiti-Aldabide)

Y amaneció el sábado con un poco de tregua meteorológica arriesgándonos pues a dar un paseo por el monte a ver que ofrecía este tras una semana completa de lluvias. Decidimos que el destino sería la cascada de Aldabide en Orozko que presumiblemente estaría a rebosar de agua tras las prolongadas precipitaciones y así fue pero también pudimos observar partes nevadas y una densa niebla que me tuvo entretenido toda la mañana fotografiando el entorno.

 Esta es la estampa que nos encontramos a pocos metros de subida, una densa niebla que de vez en cuando abría unas ventanas para dejarnos ver las cimas nevadas. Antes de que desapareciera esa niebla saque la cámara y ya no pare de afotar.

 Esta vez se nos unió  Bittor a la excursión, tiene todos los boletos para ser el próximo poseedor de una cámara de fotos, al final esto de la fotografía engancha y el móvil se queda pequeño jejeje. Hartza en su linea, feliz como siempre tumbado en la hierba húmeda y con un palo entre los dientes. Detrás de ellos asoman entre la niebla las imponentes Atxas del macizo de Itxina.

De camino al la cascada y nacimiento del Aldabide, tenemos que atravesar un hayedo por el que bajaba un torrente de agua y la niebla caprichosa aparecía y se iba creando muy diversas atmósferas dentro del bosque. Es aquí donde perdí casi toda la mañana gozando mientras buscaba un encuadre que me diera la foto del día, pero había tanto para fotografiar...  os dejo que veáis toda la serie del hayedo.

Satisfecho a medias con el trabajo hecho en el hayedo (aún seguiría allí) y tras hablar con un pastor que venía de echar un ojo a su rebaño nos encaminamos a la cascada tropezando en el camino con las ovejas que pastaban plácidamente entre la niebla hasta que se percataron de nuestra presencia y corrieron a ocultarse en lo más denso de la bruma.

 Ya en la cascada el espectáculo es indescriptible, la cámara no es capaz de captar las sensaciones que transmite el ver y oír la fuerza del agua ladera abajo. Me costó irme de aquí también.

Y esta ha sido la crónica de la excursión del fin de semana.