Ochate, el pueblo maldito

Muchas son las afirmaciones que otorgan a Ochate la condición de pueblo maldito y es cierto que los periodos de actividad e inactividad se han ido sucediendo durante siglos en este pueblo transmitiendo así el título de pueblo maldito. Ovnis, desapariciones, muertes inexplicables, psicofonías o epidemias han ido alimentando la leyenda del pueblo maldito de Ochate. Recientes estudios tratan de desmentir estas leyendas, pero.... ¿qué sucedió en realidad? Seguid leyendo pues os voy a contar la verdadera y espeluznante historia de Ochate, el pueblo maldito.

En la actualidad Ochate es un pueblo abandonado con todas sus casas derruidas excepto la torre de la iglesia que aún permanece misteriosamente en pie, ya que del resto de la iglesia solo se adivina donde estuvo asentada. Situado en el Condado de Treviño pertenece a la provincia de Burgos aunque está totalmente rodeado por Alava. Ubicado en una zona relativamente alta y agrícola, hace pensar que era un núcleo rural dedicado a la agricultura y ganadería, pero lo cierto es que Ochate era atravesado por una ruta a priori comercial pero a su vez de gran misticismo y poder telúrico lo que daba pie a que durante siglos hayan pasado por este camino figuras de lo más variopintas y extrañas que poco a poco fueron dejando su granito de arena contribuyendo a que Ochate haya trascendido hasta nuestros días.

A mediados del siglo XIX los escasos habitantes de Ochate se van dando cuenta que las tierras circundantes son muy poco productivas, hecho que les obliga a buscarse el sustento en localidades más alejadas de sus casas. A la vez que los vecinos iban abandonando Ochate, una banda de malhechores lo elegirá como base de operaciones para desde allí planear los asaltos de esta ruta desembocaba en el camino real que se comunicaba con los puertos del cantábrico. Y es aquí donde comienza nuestra terrorífica historia.

No se sabe muy bien como Lewis Reckless de origen anglosajón acabo de alguacil del condado, pero si que ha trascendido que le fue encomendada la tarea de acabar con los bandidos que saqueaban valiosos cargamentos. Se cree que Reckless era un mercenario contratado por una empresa británica que estaba siendo bastante perjudicada por estos asaltantes y que esta presiono a las autoridades para poner a Reckless al mando de un grupo armado que disuadiera a los bandidos de Ochate. No hubo de pasar mucho tiempo para que la fama de sanguinario de Lewis Reckless  se extendiera incluso más allá de los límites del condado. La forma tan atroz con la que mataba a los bandidos cuando los apresaba no paso inadvertida en muchos kilómetros a la redonda.

Sintiéndose acorralado el jefe de los bandidos por el temible hacha con el que Lewis desmembraba a su banda, decidió poner solución. Había entre sus filas una forajida de una belleza inconmensurable, salvaje, cualquier hombre que se le cruzase caía a sus pies, situación que aprovecharon en la banda para acabar con Reckless. La misión de esta amazona era seducir a Lewis y así tener controlados todos sus movimientos. Al principio dio resultado, los bandidos eran alertados de las incursiones de Reckless y sus tropas de asalto pudiendo así eludirlas. No tardo en darse cuenta de que algo pasaba y empezó a sospechar de su bella dama pero los bandidos movieron ficha y pensaron que si le daban un hijo a Lewis este se aplacaría, tendría otras preocupaciones y por supuesto dejaría de sospechar de la madre de su hijo. Y así fue, los malhechores siguieron con sus fechorías y Reckless aunque más tranquilo no dejaba de preguntarse porque siempre iban un paso por delante de él. En un intento de volver a llevar la iniciativa cogió su hacha y fue de taberna en taberna  mutilando a gente de la peor reputación en busca de respuestas. Hasta que algún pobre diablo que no soportó más el dolor que el filo del hacha de Lewis le causaba grito:

                      Se ocultan en Ochate, el pueblo maldito!!

Desde luego que estas actividades no pasaron por alto a los ojos de su esposa que con solo abrir la boca contaba con más espías de los que pudiera usar y antes de que Lewis llegará a casa cogió a su hijo y escribió una nota:

                         Tenemos a tu mujer y a tu vástago si quieres recuperarlos ven esta noche a la torre de Ochate.

Cogió sus armas sin olvidarse de su preciado hacha de leñador que tanto daño había infligido y se encamino a Ochate. Llegó en la madrugada del 26 al 27 de agosto y al entrar a la torre vio a su amada con su hijo recién nacido en brazos. Lleno de coraje y dispuesto para la lucha blandió su hacha en una mano y su pistolón en la otra y antes de que pudiese decirle nada a su mujer esta sin ninguna expresión en el rostro, sin ningún remordimiento, saco una navaja y degolló a su hijo arrojándolo a sus pies. En el momento de estupor Reckless bajó la guardia y no vio venir las dos cuchillas que cercenaron los ligamentos de sus rodillas dejándole postrado ante la escena que tenía ante sus ojos. Acto seguido un machete mutilo la mano con la que sostenía el hacha. El jefe de los bandidos se apresuró a coger el arma que tanto miedo había infundido en sus esbirros.

El bandido alzó el hacha sobre su cabeza pero justo antes de que descargara el golpe mortal sobre el cuello de Reckless, la sangre de este se mezclo con la de su primogénito muerto y sintió todo el poder diabólico que emanaba de Ochate y con un grito gutural juro que vengaría generación tras generación la muerte de su hijo. El hacha cayó decapitando a Lewis Reckless. Nadie reclamó su cuerpo y debido a la crueldad de sus actos tampoco hubo investigaciones, Reckless paso rápidamente al olvido pero su juramento quedo grabado en el aura de Ochate.

Un año después los bandidos celebraban el aniversario de la muerte de Reckless cuando en la madrugada del 26 al 27 de agosto el cielo se tiñó de rojo y una luz emanó de la torre de Ochate. A la mañana siguiente solo había cuerpos ensangrentados. Fue la última vez Ochate estuvo habitado.

Lewis Reckless y su vástago en la madrugada del 27 de agosto de 2016