La crueldad de la fotografía de paisaje. Lagunas de Antuzanos

Lagunas de Antuzanos, Gayangos, Burgos. 17mm, 1/4", f11, ISO 64

Una de las conversaciones recurrentes en los círculos fotográficos es la del temido bajón fotográfico. Este bajón no es otra cosa que una especie de estancamiento debido a fotografiar siempre los mismos motivos o lugares pretendiendo obtener resultados diferentes.

lagunas de Antuzanos Gayangos Burgos

En fotografía de paisaje estamos tan acostumbrados a copiarnos las localizaciones y hasta los encuadres que resulta muy difícil sorprender a nadie y más a nosotros mismos. Además cuando tratamos de hacer cosas diferentes o localizaciones totalmente desconocidas, nos damos cuenta que en la mayoría de los casos, la fotografía obtenida no tiene la fuerza necesaria que nos saque de ese estancamiento en el que pensamos que nos encontramos. Es entonces cuando empezamos a darnos cuenta de la crueldad de la fotografía de paisaje.

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Otras ocasiones en las que queda de manifiesto la crueldad de la fotografía de paisaje son los horarios. La verdad que si, es bastante cruel tener que poner el despertador a las 5:00 A.M. después de una dura semana de trabajo para fotografiar un amanecer, pero si queremos que nuestra fotografía tenga una luz diferente y espectacular, no nos queda otra que buscar esa luz en el momento del día que se de. Madrugar para un amanecer, dejar de ver en Netflix la serie de turno o esperar bajo la lluvia a que entre la niebla.  Son más ejemplos de la crueldad en la fotografía de paisaje.

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Desplazarse cientos de kilómetros y encontrarse con que las condiciones que esperábamos han cambiado. Andar durante horas por el monte buscando nuevos encuadres y no encontrar nada. Pasar largas tardes en Google buscando posibles localizaciones...

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Todo esto es parte del trabajo del fotógrafo de paisaje, como es parte de él fracasar en ocasiones. Pero si queremos disfrutar de la fotografía de paisaje, más nos vale asumir lo cruel que puede llegar a ser y tenemos que estar dispuestos a sacrificar ciertas comodidades.

¿Cómo afrontarlo?

Ya os he contado alguna vez que para mi la fotografía, entre otras muchas cosas es una válvula de escape. Disfruto de la naturaleza y además me olvido de todo. Por supuesto que quiero llevarme buenas fotos a casa, pero si no es así tampoco pasa nada, el fin de semana siguiente será. O al otro, o al otro... o al mes siguiente, o... Y así llevo 10 años.

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Otra buena manera de sobrellevarlo es entre amigos. Tengo la suerte de contar con unos compañeros de afición que hacen que cada salida que hagamos valga la pena. En cada salida suele haber alguna anécdota, de mayor o menor relevancia, pero en definitiva, siempre hay algo bueno que recordar. Eso vale mucho!!!

En las Lagunas de Antuzanos

Casi por casualidad fuimos el sábado a hacer el amanecer a las lagunas de Antuzanos y digo por casualidad porque nos encontramos el día anterior Luis y yo en la calle y nos pusimos a hablar de hacer algo al amanecer. Nos decidimos por las lagunas de Antuzanos por las nieblas bajas pronosticadas para en amanecer.

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Fuimos sin mucha convicción, habíamos estado anteriormente y no resulto ser un sitio del cual sacar unas asombrosas fotografías. Quizás penséis que estamos locos por desplazarnos 100 km de casa con el madrugón correspondiente, para pasar frío y sin estar seguros de poder hacer unas fotografías decentes... Quizás si, pero hay quien prefiere estar toda la noche de bares para luego estar todo el fin de semana con dolor de cabeza. Cada cual establecemos nuestras prioridades.

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A lo que vamos, llegamos y tal y como preveíamos había niebla, bien!! Pero no encontramos ningún motivo interesante para incluir en nuestro encuadre. Empate a 1. Si vimos a nuestro favor que había una fina capa de escarcha lo cual nos hizo forzar la prórroga. Y al final la cálida luz del amanecer deshizo el empate atravesando la no muy densa capa de niebla, otorgando a nuestras fotos unas tonalidades y contrastes que no hubiéramos logrado de no haber ido.

El resto pasa por divertirse con nuestra afición y para ello tenemos que hacer fotos como las de esta entrada. No serán mis fotos del año pero para mi cumplieron de sobra con las expectativas fotográficas. Después un pincho de tortilla y un café redondearon la mañana.

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Reflexión final.

Entonces ¿Existe tal crueldad en la fotografía de paisaje?

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En mi opinión no. La crueldad reside en nuestra actitud, en la manera de afrontarlo o en las expectativas creadas. Si lo miramos desde la perspectiva de que cada salida es experiencia que vamos adquiriendo y de que vamos a disfrutar un rato solos o en compañía de la naturaleza, nos daremos cuenta de que no hay fotografía mala, sino detalles que pulir y el frío o la falta de sueño solo será un pequeño daño colateral.

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