De nuevo Azkorri. Fotografiando en la zona de confort.

 

Echando un ojo a la carpeta de fotos de este 2021 me he dado cuenta que he hecho muy poca fotografía de costa. A estas alturas del año ya habría ido 2 o 3 veces a Barrika y una al menos a San Juan de Gaztelugatxe. Tampoco he estado en Túnelboca en lo llevamos de año y si bien lo de Barrika o San Juan lo puedo achacar al confinamiento perimetral que hemos sufrido, lo de Túnelboca no tiene explicación.

Dicho de otra forma, este año me he movido muy poco por mi zona de confort. ¿Me estaré haciendo mayor y busco nuevas experiencias?

La verdad que podría contestar a esa pregunta afirmativamente y la la vez negarlo rotundamente.

Claro que busco nuevas experiencias, me encanta descubrir, moverme por carreteras comarcales, buscar posibles localizaciones y disfrutar de esas salidas o viajes relámpago que nos solemos hacer. Eso no es nuevo y no tiene visos de que vaya a cambiar.

Por otro lado, cuando hablamos de zona de confort por algo será ¿no? En términos psicológicos y por describirlo muy brevemente, la zona de confort es aquella que nos permite mantener la rutina de siempre. Y aunque la rutina puede llegar a ser aburrida, no negaremos que el hecho de hacer algo que dominamos o movernos por entornos conocidos, nos genera tranquilidad y confianza.

Entonces. ¿Cuál o qué es la zona de confort en fotografía?

Por un lado podemos delimitar una zona física alrededor de nuestra casa, 5, 20, 100 km, básicamente aquellos sitios por los que más nos movamos van a pasar a formar parte de nuestra zona de confort. Sucede también que dentro de esa zona de confort que hemos delimitado, haya un sitio en el que aún nos encontremos más a gusto y conozcamos mejor que el resto, como me sucede a mi con la playa de Azkorri, en Getxo.

Nuestra zona de confort también se va a decir en torno a nuestras preferencias y estilo fotográfico. Por ello, pienso que trabajar dentro de nuestra zona de confort es algo altamente positivo ya que la tranquilidad y en nulo estrés que nos proporciona va a empujarnos a probar cosas diferentes, a fotografiar en condiciones también distintas, a aprovechar lo que podemos llamar ensayo y error. Dicho de otra forma, aparte de estar disfrutando de nuestra afición, estamos entrenando cualidades como por ejemplo el manejo de la luz por mencionar una.

Todo esto lo vamos a ver ahora poniendome a mi como ejemplo:

Puedo decir que mi zona de confort es la fotografía de naturaleza. Alguna vez que he hecho retrato me he sentido bastante perdido. Otras veces hago algo de fotografía deportiva y soy muy consciente de mis limitaciones. Y me gusta mucho la fotografía urbana, pero no me siento muy cómodo entre tanta gente.

Dentro de la fotografía de naturaleza, donde mejor me manejo es haciendo paisaje, es lo que más he hecho y lo que más me motiva. Y dentro de la fotografía de paisaje, donde más a gusto estoy es fotografiando la costa. ¿Por qué? Pues por cercanía supongo, por la espectacularidad del paisaje costero, por el plus del agua dentro de nuestro encuadre, por la "facilidad" de armar múltiples composiciones... En definitiva, porque me siento muy a gusto en la orilla del mar.

Tenemos clara que mi zona de confort prioritaria es la costa. Vale, me siento cómodo fotografiando la costa, aquí, en Galicia o en Almería, pero claro, hemos hablado antes de que nuestra zona de confort también se veía sujeta a unos límites físicos o geográficos si preferís. Esos límites para mi abarcan desde Islares en Cantabria, por el Oeste, hasta Bermeo o Mundaka en Bizkaia, por el Este.

¿Y por qué esos límites y no otros?

La respuesta está clara, durante todo el tiempo que llevo haciendo fotografía, una o varias veces al año me muevo por las localizaciones que abarca dicha franja, convirtiéndola automáticamente en mi zona de confort, ya que conozco muy bien sus caminos, sus rocas, sus mareas. Son localizaciones que entiendo bien y me permiten jugar con diferentes encuadres, distintas focales o momentos de luz, ya que son lugares que he estado muchas veces, que seguiré visitando muy a menudo y eso hace que no tenga ninguna presión por llevarme una buena foto. Si hoy no ha sido, ya será la siguiente vez, estoy fotografiando en mi zona de confort.

Esa franja costera de unos 100 km que he marcado como zona de confort, podemos acotarla aún más. Siempre va a haber una o dos localizaciones que nos hagan sentir mucho más a gusto que las demás. En mi caso es la playa de Azkorri.

Vamos a decir que Azkorri es el punto cero de mi fotografía de paisaje, y de hay me he ido expandiendo. ¿Y por qué es Azkorri tan especial para mi?

• La tengo cerca de casa. En otros tiempos solía llegar corriendo (no para hacer fotos, ehhh!!!) hasta el aparcamiento y en muchas ocasiones he ido sin cámara a pasear con Perrito.

• Su composición es única. Azkorri es una mezcla de hierba, arena, piedras y escoria de la pasada actividad industrial en los márgenes de la Ría, que no deja a nadie indiferente. 

• Fotográficamente tiene uno de los hitos de la costa Cantábrica que yo no me canso de fotografiar.

• A parte de ese hito fotográfico, Azkorri tiene mucho más que ofrecer, no tan llamativo quizás, pero si con la suficiente fuerza como para no centrarse siempre en el mismo encuadre, aunque es irresistible el agua pasando por esas terracitas...

• He ido tantas veces que prácticamente asomándome a la ventana de casa se lo que me puedo esperar. Y he ido tantas veces que antes de ir ya puedo hacer mentalmente la composición que me gustaría para ese día.

• Por otro lado, la fuerza de las mareas, las diversas corrientes o la diversidad de los materiales costeros, hacen que sea una playa muy cambiante, por lo que estamos expuestos a posibles sorpresas.

Esas son algunas de las razones por las que Azkorri es mi zona de confort. Si no la conocéis os invito a hacerlo, con o sin cámara, estoy seguro que no os defraudará.

Como todo en esta vida, la zona de confort no queda exenta de controversia.  Hay quien aboga por salir a toda costa de ella alegando estancamiento. Y hay quien me ha llegado a decir que se estresa bastante cuando sale de ella. La verdad es que es un tema muy personal, sin unas directrices claras a seguir.

 Para mi fotografiar dentro de la zona de confort es como he dicho, una forma de entrenamiento en el que ir mejorando aspectos como la composición, el manejo de la luz, capacidad de reacción etc etc. Salir de la zona de confort, es como llegar al día del combate, nos hemos entrenado y hemos estudiado al oponente, pero al subir al ring la presión es notablemente superior. Si hemos entrenado lo suficiente y con calidad es muy posible que logremos un gran éxito y la próxima la presión sea un poco menor vez que salgamos de nuestra zona. Pero bueno, hagamos lo que hagamos, procurar que sea divertido.

Y ya para acabar, me gustaría leer en los comentarios cual o cuales son vuestras zonas de confort, si os cuesta salir de ella o por el contrario tratáis de salir lo máximo posible.