El fotógrafo de paisaje y las distancias recorridas hasta la localización.

 

Vistas de algunas de las moles calizas de Urkiola desde Urkiolamendi. Fotografía tomada con el móvil.

Es cierto que existe la tendencia a creer que el fotógrafo de paisaje apenas recorre distancias para hacer sus fotografías, mejor dicho, que el fotógrafo de paisaje, apenas recorre unos cientos de metros desde el coche hasta la localización. Siendo honestos, hay mucha verdad en dicha afirmación, pero también hay mucho más por detrás de lo que se ve a primera vista.

Todos los fotógrafos de paisaje hacemos las mismas fotografías.

¡¡¡Cierto!!!! De ahí sale dicha creencia. Si miramos las galerías de cualquier fotógrafo de paisaje, veremos los mismos cromos de Barrika, San Juan de Gaztelugatxe, la ruina de turno con la vía láctea, Lofoten, Islandia los más pudientes... Resumiendo, todos queremos tener nuestra versión de esa localización que hemos visto a algún compañero y tanto nos ha llamado la atención. Alguno va más allá y quiere exactamente el mismo encuadre y a poder ser los mismos colores. Yo soy más de buscar mi propia versión, aunque a veces es inevitable calcar el encuadre.

¿Por qué hacemos las mismas fotografías de paisaje?

La versión corta a esta pregunta es porque podemos, no hay más cera que la que arde. Por ejemplo en el Cantábrico tenemos la suerte de tener un montón de localizaciones. Yo además tengo mucha libertad de movimientos en casa y mi compañero de fatigas se encuentra en mi misma situación, libertad de movimientos y muchas ganas de salir. Y al final esto se traduce en que repetimos frecuentemente localizaciones y encuadres.

Sucede también, que cuando empiezas, lo más normal es que te muevas dentro de tu área de confort, para después abrir ese abanico de localizaciones, recorriendo o abarcando mayor zona de confort, aunque esas localizaciones son la zona de confort de otros compañeros que viven por allí.

Sucede también que una de las modalidades más atrayentes dentro de la fotografía de paisaje es la fotografía de costa y dicha modalidad tiene sus hitos en cada provincia, siendo la franja cantábrica la más prolífica de España en cuanto a localizaciones fotográficas se refiere, por lo que es normal que nos repitamos una y otra vez.

¿Cuánta distancia estamos dispuestos a recorrer para hacer nuestras fotografías de paisaje?

Vamos a dejar claro que cuando nos referimos, aquí, en esta entrada, a distancias recorridas, estamos hablando de lo que andamos a pie, las kilometradas de coche las dejamos para otra ocasión.

El punto anterior viene ligado un poco a este, todos hacemos las mismas fotos, que a parte de hacerlas porque son bonitas y resultonas, también son de fácil accesibilidad. Por ejemplo en la mencionada fotografía de costa, muchas de las localizaciones están a pie de playa y dichas playas están dotadas de aparcamientos. Otras localizaciones de costa están un poco menos accesibles y nos toca bajar y subir por empinadas pendientes, pero por lo general son distancias que nos llevará menos de 30 minutos recorrerlas.

Si optamos por fotografiar bosques o cascadas nos pasa parecido, son reclamos turísticos que gozan de una aceptable accesibilidad desde el punto en el que dejamos el coche. Castillos, ruinas, o ermitas que suelen ser muy buenas opciones para fotografiar el paisaje nocturno, lo mismo, de los castillos que tengo fotografiados, no recuerdo que haya tenido que andar más de 30 minutos para acceder a ninguno, aunque tendría que revisarlo...

Entonces... ¿Es cierto que el fotógrafo de paisaje es un poco vago a la hora de recorrer distancias hasta su localización? La respuesta es un NO rotundo.

Al fotógrafo de paisaje no le importa recorrer largas distancias.

Como siempre aquí hay de todo, enfermedades, lesiones, falta de tiempo, etc... Pueden obligarnos a optar por paseos cortos para seguir disfrutando de la fotografía de paisaje. Yo lo más gordo que he oído es a uno que se jactaba de que a él no le gustaba la naturaleza, pero hacía fotografía de paisaje....

Pero tomando como referencia a una persona sana y con una condición física aceptable, el echarse la mochila al hombro y recorrer kilómetros no le va a suponer ningún problema, al contrario, va a disfrutar de su afición y de un paseo en plena naturaleza.

¿Y por qué vemos siempre las mismas fotos?

Parte de esta pregunta ya está contestada más arriba, son reclamos turísticos que todos queremos fotografiar. Forman parte de nuestra área de influencia y cuando no sabemos donde ir o no tenemos ganas o tiempo para desplazarnos más lejos, pero si sabemos que queremos liberarnos un rato fotografiando lo que sea, acudimos a ellos (playa de Azkorri en mi caso).

A menudo me pregunto ¿Está todo ya inventado? ¿Ya no queda ningún bonito rincón por fotografiar? También me respondo a mi mismo que no, que solamente hay que andar para encontrar esas localizaciones que renueven nuestras galerías.

Sucede también que no solamente juega la localización, para el fotógrafo de paisaje la luz es también muy importante y no es lo mismo andar dos o tres horas por el monte, de noche que de día. Por eso muchas veces, en esas largas caminatas, conseguimos fotografiar una bonita estampa, pero la luz ya no es la que nos gustaría. Esa foto es muy posible que no vea la luz y acabe guardada en lo más hondo de nuestro disco duro.

A continuación voy a compartir con vosotros algunas localizaciones que desmienten el axioma que describe al fotógrafo de paisaje como alguien que no se mueve más que unos pocos metros del coche.

 

 

Larrano

 

Junto con la fotografía de cabecera, amabas están tomadas en el Parque Natural de Urkiola, en Bizkaia. La ruta ha sido de 8,01 km con un tiempo en movimiento de 2 h (subir y bajar, el tiempo que estuve buscando encuadre y fotografiando el reloj estuvo parado). 

 

Como peculiaridad contar que la foto de cabecera la hice con el móvil y seguido fui a hacerla con la cámara, cuando de repente la niebla cubrió las 3 cimas haciéndome desistir. Me ha gustado tanto la foto hecha con el teléfono, que quiero repetirla con la cámara para hacer un cuadro de mínimo 105 x 70 cm. No se las veces que tendré que subir hasta conseguirla, pero lo haré.

 

 

Petronor desde El Peñón.

 

Esta fotografía está tomada en 2014, buscando un ángulo desde donde fotografiar el viaducto de la A-8 y la Petronor de noche. Al final todavía la tengo en pendientes.

 

El Peñón no llega a los 200 metros de altitud y desde el coche habrá unos 2 kilómetros y medio, tardando en subir una media hora. El tiempo puede entrar dentro del baremo del paisajista pasivo, aunque diré en su defensa que no solo hice esta fotografía, después y antes estuve buscando diferentes ángulos desde donde atacar. Mis 3 horitas por ahí arriba ya me tiraría. 

A veces no es el recorrido hasta la localización, también cuenta las veces que hemos ido a investigar el terreno.

 

Pozo de Las Lomas

Se encuentra en pleno corazón de la Montaña Palentina a 6 kilómetros del parking y a 2,124 metros de altitud. No es una ruta difícil, aunque si hay tramos que pica para arriba calentando los cuádriceps, en total son unas dos horas y media de subida (después de bajada lo mismo).

Esta fue la última ruta de montaña (octubre 2016) que he hecho con mi Perrito, al subir le empecé a notar cierta cojera, una vez arriba le revisé bien las patas y no parecía que se hubiese hecho daño. No obstante el plan de hacer fotografía nocturna lo pospuse para otra ocasión y después de hacer alguna foto y que Perrito se relajara en las gélidas aguas glaciares, bajamos. La cojera se exageró bastante en la bajada hasta el punto que pensé que lo iba a tener que bajar a hombros. Después el veterinario me confirmó que la displasia de cadera le había generado una severa artrosis en las articulaciones y que nos olvidáramos de esas grandes caminatas. A día de hoy aún sigo disfrutando de su compañía, eso si, siempre cerquita del coche.

Fraileburu.

La distancia que hay desde el coche hasta esta peculiar roca es de unos 3,2 kilómetros por una cómoda pista prácticamente llana. Tampoco nada exagerado. 

La foto está tomada en febrero de 2017. Este año se me metió entre ceja y ceja fotografiar la vía láctea en febrero y me fui la mañana anterior a recorrer la zona con mi Perrito, que después del episodio de Las Lomas aún podía hacer rutas "light", con la idea de buscar localizaciones para la noche. Toda esa distancia recorrida previamente para buscar las localizaciones no se suele tener en cuenta a la hora de valorar la distancia recorrida por el fotógrafo de paisajes.

Aún me quedan unos cuantos ejemplos más que mostraros pero se está haciendo un poco tarde y tampoco quiero hacer entradas demasiado extensas, así que lo dejamos por hoy y mañana hacemos una 3ª parte. Abajo el link a la primera parte:

El fotógrafo en el paisaje, el procesado