Una de tormentas solares y eyecciones mentales

Islares. 14 mm, 30", f2.8 e ISO 3.200

 Hacía ya año y medio que no publicaba ninguna entrada en el blog. Por ninguna razón en especial y por unas cuantas en concreto. Digamos que por una serie de eyecciones mentales me había saturado de blog, de redes sociales, de toda esta parafernalia que rodea a la fotografía actual... Aunque por suerte, he seguido saliendo a hacer fotos, aunque con menos intensidad y entusiasmo que años atrás, pero si muy agradecido de seguir contando con esta vía de escape.

Ha sido este 2024 que ya hemos dejado atrás, en lo personal, un año raro, difícil, por catalogarlo de alguna manera sin decir palabras malsonantes, pero bueno, soy bastante optimista por naturaleza y espero que este 2025 entrante nos llene la saca de alegrías.

En lo fotográfico tampoco ha sido un año normal del todo, con esas tormentas solares que han dejado ver auroras boreales en latitudes tan poco inusuales como la península Ibérica. Tormentas solares que en su pico de actividad me las he perdido por tonto. Os cuento:

Antes que nada, me lo voy a hacer de cuñao y voy a explicar el porqué de las auroras boreales. Estas se forman debido a la actividad solar, esta actividad lanza partículas contra la atmósfera terrestre transformándose en luz al chocar con ésta. Al parecer el sol también atraviesa ciclos de actividad, ahora mismo estamos en el punto álgido de uno de sus ciclos de actividad, lo que vaticina que este 2025 será un buen año para ver auroras boreales. Otra cosa es que las veamos aquí en España.

Lo que sucedió en mayo de 2024 es que hubo una gran tormenta solar que lanzó un montón de partículas a una velocidad de la hostia, dejando ver auroras boreales hasta en las Islas Canarias. Y hasta aquí mis conocimientos sobre la materia. Ahh, si!!! Añadir también que estás auroras los expertos solo las pueden predecir con 24 horas de antelación, lo cual nos obliga a estar bastante atentos si queremos tener opciones.

Decía que por tonto, o por falta de información, o por ambas, me he perdido los mejores días para fotografiar este fenómeno.

La de mayo, que ha sido la más gorda, coincidió un viernes, que sin tener yo ni idea de ello me fui a fotografiar el castillo de Urbel en tierras burgalesas. Fue la primera salida que hice con mi perro recién adoptado, ya contaré su historia, con la intención de fotografiar la vía láctea.

La cosa es que después de fotografiar el atardecer bajamos al coche a comer el bokata y esperar ha que se hiciera de noche. Mirando al cielo veía que este no estaba despejado del todo, había como una neblina, como un resplandor que no dejaba ver las estrellas en su esplendor, por lo que decidí no esperar más e irme para casa.

De camino para casa comenzó a sonar el whatsapp. Eran los compañeros de UK Foto hablando de auroras boreales en nuestra latitud, incluso mandaron alguna foto, pero como los mensajes me los iba leyendo el coche no me hice una idea de lo que me podía estar perdiendo.

Iba por el Páramo de Masa cuando decidí hacer una parada técnica para aliviar mi vejiga y de paso echar un ojo al cielo para no irme de vacío y fotografiar la vía láctea que había ido a buscar. La vejiga si que alivié, pero el cielo seguía turbio, y eso que el Páramo de Masa es una zona con poca contaminación lumínica donde apreciar el cielo nocturno.

Seguí mi camino de vuelta escuchando un poco escéptico los mensajes de mis compañeros.

Fue al día siguiente cuando me tiré de los pelos. Vi las fotos y pensé que por que no me quedé al menos a intentar algún disparo. Pero lo peor de todo es que viendo las fotos que había hecho la gente, había una del Páramo de Masa con un impresionante cielo rojo y los característicos haces de las auroras. Y yo pensando que ese resplandor blanquecino era bruma que me iba a estropear la foto.

En mi defensa diré que al perro le estresa bastante el coche, era su primer viaje largo y que no quise alargar demasiado su malestar. Pero aún así llevo meses recordándome lo tonto que fui.

Al día siguiente también había posibilidades de que hicieran acto de presencia, pero las nubes también querían su cuota de pantalla y lo echaron al traste. Aún así fui con dos compañeros de UK Foto a Kobaron y aunque no salió nada me llevé una foto peculiar.

Tengo que repetir esta foto en condiciones atmosféricas similares, porque no se si las luces led del súper puerto me han dado esos tonos o la tormenta solar tuvo algo que ver.

Con la oportunidad que tuvimos en octubre pues parecido, aunque esta vez fue la pereza la que hizo que me quedase en casa el día bueno. Lo intenté al día siguiente pero la intensidad había bajado y no logramos nada.

Y la última ha sido este primer día del año de 2025, al parecer teníamos actividad solar con un indice alto, 7,5 marcaban las apps. Esta vez la pereza no intervino y nos fuimos a Mioño, al cargadero. Al llegar nos encontramos con el acceso al cargadero vallado y como somos buenos ciudadanos no quisimos traspasar la valla, los carteles de alarma conectada con la policía no tuvieron nada que ver en nuestra decisión.

Mientras sopesábamos opciones y decidíamos ir a Islares, hicimos un disparo para ver que salía en la cámara. Y esto es lo que salió:

Se apreciaban ciertos tonos rosáceos.

En lo que nos desplazamos a Islares el indice de intensidad bajo a 4 y en lo que se veía en la cámara ya no era rosa, pero si se apreciaba algo de esa tonalidad al verlas en el ordenador. Desconozco si estos tonos se deben al cambio de iluminación en las ciudades, son efecto de la actividad solar o si ha pasado volando un unicornio gigante con diarrea. Lo que si se seguro, pese a lo que digan los expertos en auroras boreales que han proliferado este año, es que los cielos nocturnos no me salen con estos tonos ni de palo.