Como fotografiar setas

Akarlanda, Bizkaia. Apilamiento de 5 fotografías a 90 mm, 0.5", f4, ISO 100
 Bueno, aquí estamos una semana más para contar otra nueva fotoaventura en la que vamos a hablar de como fotografiar setas.

 La entrada de hace un par de semanas iba sobre la importancia de la imaginación a la hora de salir a fotografiar setas y lo necesario de ir o crearnos una escena antes de empezar a fotografiar setas. Esa entrada anterior bien puede ser el prólogo de esta en la que vamos a abordar más de lleno la ejecución de la fotografía de setas.

El principio.

 Son bastante los mensajes que me están llegando estos días en los que la pregunta estrella es:

¿Cómo hago para fotografiar setas?

  Mi respuesta inicial en tono de broma es:

_Tirándote al suelo.

 Y bueno, aunque es evidente que para fotografiar algo que está en el suelo nos vamos a tener que arrastrar por él, no todo el mundo es consciente o tiene la paciencia de estar media mañana con la cara pegada al suelo para fotografiar unas setas. Así que lo primero de todo sería decir que no vamos a estar fotografiando desde la postura más cómoda.

Mi forma de proceder.

 Supongo que a todos os pasará lo mismo que a mi, que cuando vamos paseando por el monte o por un bosque, nos invade una sensación de bienestar que entiendo que será debido a que el cuerpo empieza a segregar hormonas debido al entorno y la actividad. Bueno, pues el hecho de pasear buscando setas y encontrarlas me supone la misma sensación de bienestar o incluso mayor. Es por ello y por la idea preconcebida de la fotografía que he ido a buscar, que nunca fotografío los primero ejemplares que encuentro. O si, pero después de haber recorrido un buen rato el bosque en busca de más setas.



 Lo que suelo hacer cuando encuentro alguna seta que me gusta es señalar el punto con alguna rama caída o trato de buscar hitos como una roca, un árbol caído etc etc.


  Vemos en la foto de arriba lo complicado que es coger una referencia en un hayedo bastante tupido. Creé esa referencia clavando en el suelo la rama que veis. El resultado fue este:

Empieza la acción.

 Después de un rato caminando por el bosque, hemos encontrado ya nuestros ejemplares de setas, vamos a ver como hacemos para fotografiarlos.

 Es ahora cuando ya toca agachar el lomo por que empezamos por quitarnos la mochila e inspeccionar alrededor de las setas a fotografiar limpiando un poco alrededor y buscando el mejor ángulo.


  En este punto de la historia ya hemos visto y tenemos claro desde donde vamos a atacar, extendemos la esterilla, sacamos la cámara y todo lo que nos vaya haciendo falta, disparador, saquitos de arroz...


 Llega el momento de encuadrar y enfocar. Aquí es donde es importante que nuestra imaginación haya hecho su trabajo para no tener que andar moviéndonos demasiado. Sabemos más o menos que composición estamos buscando y como ya conocemos (no os preocupéis a base de hacerlo sale solo) muy bien la distancia focal de nuestro objetivo, sabremos bastante acertadamente a que distancia colocaremos la cámara del sujeto.

¿Cómo enfoco?

 Con el enfoque en manual y ayudados por el liveview de la cámara ampliaremos la imagen 2, 3 o hasta 4 veces si es preciso y moveremos el aro de enfoque hasta conseguir el punto de enfoque donde queremos.

 Entonces nos encontramos con que tenemos una profundidad de campo muy reducida y no podemos enfocar toda la seta.

 ¿Y dónde queremos el punto de enfoque? Por lo general en la parte del sombrero más cercana a nosotros. Pero también podemos querer las laminas enfocadas y el resto no o centrar el foco en algún punto peculiar de la seta. Esto siempre al gusto del consumidor.

¿Qué parámetros uso?

 También aquí tenemos que tener claro que queremos hacer. Si nuestra fotografía va a ser puramente científica nos podemos olvidar de casi todo lo escrito hasta ahora y cerrar diafragma. Y si no pues a ir viendo con que nos enfrentamos.

 Básicamente vamos a tener dos escenarios, uno con el fondo cerca y el otro con el fondo lejos. Un fondo lejano nos va a permitir diafragmar algo más y ganar un poco más de profundidad de campo. Sin embargo con un fondo cercano como el que vamos a ver enseguida en la foto de abajo, si diafragmamos será tan evidente el fondo que restará protagonismo al sujeto en vez de acompañarle.

 f4, f5.6 serian unos diafragmas bastante habituales, junto a un ISO 100 y la velocidad de disparo que sea necesaria para esos otros dos parámetros, ya que en este tipo de fotografía la velocidad de disparo no es determinante.

 Señalar también que en estas tomas el exposímetro no será siempre fiable del todo. Conviene más fiarse de la pantalla y revisar el histrograma.

Empezamos a fotografiar setas.

 Ya hemos ajustado todo bien, parámetros, foco, encuadre, entorno... Es el momento de disparar y revisar. ¿Qué revisamos? La luz por supuesto, que la exposición sea correcta o que no tengamos un exceso de luces o sombras. También revisaremos el encuadre, atentos a briznas, palitos o elementos que se cuelen por donde no nos guste.

 Hemos limpiado la escena, corregido la luz con un reflector e incluso hemos iluminado la pinaza que forma el fondo para que este no quede tan oscuro y el resultado es la foto de abajo.




 Con esta foto, yo, ya me puedo dar por satisfecho. Pienso que ya tengo material suficiente en la tarjeta de memoria para elegir. Pero.... Aún podemos hacer más.

Complicando el asunto.

 Estas fotos de por si ya tienen cierta magia que nos lleva a mundos de fantasía pero podemos llevar más al extremo esa magia creando nuestros propios bokehs. Hemos visto en otras entradas como hacerlo con una red de andamio o con filtros ND. En la entrada de hoy veremos como hacerlo con unas tiras de plástico de embalaje para conseguir el efecto que se ve en la fotografía que encabeza la entrada.




  ¿Se aprecia en las fotos como es ese plástico de embalar? Espero que si. Con unas tiritas de él es suficiente para conseguir el efecto aunque yo hoy he puesto bastante más por detrás de las setas con el propósito de enfatizar más el ambiente irreal. Y con la misma linterna que iluminamos el fondo, ahora iluminamos nuestras tiritas de plástico de embalar. Podemos iluminar también con flash o incluso la luz del sol si la hubiese serviría a la perfección.


 Arriba, misma técnica pero con muchas menos tiritas e iluminando con flash. Abajo, vuelvo a poner la foto de cabecera para que las comparéis.


 Lo importante de esto es saber que según elijamos conseguiremos diferentes efectos. Luego más adelante decidiremos como nos gusta más o si nos apetece seguir complicando la escena. Por mi parte, ayer me di por satisfecho y recogí toda la escena.


La parte negativa de estas tiras de plástico de embalar es que se quedan por ahí sueltas y hay que ser minucioso a la hora de recogerlas. Bastante plástico hay por ahí tirado como para que vayamos dejando más.


 Y una vez todo recogido, el sitio tiene que quedar prácticamente igual que lo hemos encontrado.

  Bueno, aquí acabamos esta entrada. Espero que os haya aclarado alguna duda y espero aún más que os acerque y anime a este gratificante mundo de la fotografía micológica. Aquí me despido ya y como siempre si os ha gustado y os ha sido útil, no dudéis en compartir.

 Un saludo y hasta la semana que viene.

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