El momento fotográfico sobre la técnica fotográfica.

Panorámica de 9 fotografías en la ermita de San Pantaleón de Losa. 14 mm, f2.8, ISO 3.200

Esta semana, a parte de las fichas fotográficas, con localizaciones, detalles de la toma etc... que he empezado a hacer y de la que espero crear un gran fichero, voy a hablar de un tema fotográfico muy personal, en el que algunos coincidiréis conmigo y otros ni de lejos. Eso es un poco la magia de nuestra afición, que no todos pensamos igual y se abren debates interesantes.

Esta semana ese debate es:

Técnica vs Momento.

Pero... ¿Qué es exactamente la técnica?

La técnica en definición es una serie de recursos, de procedimientos, de reglas, normas, acciones y protocolos que tiene como objetivo obtener un resultado determinado y efectivo. Flexionar las rodillas al levantar un peso es la técnica correcta para esa tarea, algo muy básico y sencillo de hacer. Pero cuando hablamos de técnica fotográfica la cosa cambia, entramos en un mundo que nos ofrece un abanico de posibilidades técnicas que van desde la elección de los parámetros de cámara, hasta los recursos compositivos, pasando por el control de la luz, la elección de la focal o el revelado...

El control de la técnica se consigue con la práctica y experiencia. A base de hacer algo, primero descubriremos que es lo que mejor funciona y lo que no. Después nuestro proceder será aplicar lo que mejor funciona, para ahorrar trabajo y obtener buenos resultados. Un ejemplo:

Mi objetivo de paisaje rinde mejor a un f8, pero en fotografía de atardeceres marinos, que necesito unos tiempos de obturación concretos, la mayoría de las veces lo resuelvo con un f11 para obtener un resultado que me satisfaga. La experiencia obtenida hace que parta con ese diafragma desde un principio, por lo que ya estoy aplicando una técnica adquirida previamente.

El momento fotográfico.

Esto no es algo tangible ni cuantificable, no podemos recoger los momentos fotográficos y venderlos como una serie de pautas a seguir. Los momentos fotográficos son innumerables, propios de cada individuo y casi siempre aleatorios; un golpe de luz, alguien que se te cruza, un movimiento, una acción, una anécdota, una sensación... Son ejemplos de como un momento le puede dar un valor muy personal a una fotografía.

Si bien veíamos que la técnica fotográfica es una labor que nos puede llevar años en dominar, el momento fotográfico es todo lo contrario, es efímero, no entiende de técnicas, no va a esperar a que des un paso a un lado para mejorar la perspectiva, si no te subes al tren este pasará de largo.

En base a esto que estamos viendo, podemos deducir que hay varios tipos de fotógrafos. 

El fotógrafo técnico, que lo único que quiere es fotografías técnicamente perfectas. Conozco un caso de una persona tan obsesionada con la nitidez que a mi parecer destroza las fotos buscando ese plus de enfoque.

El cazador de momentos, cámara al cuello inmortalizando todo aquello que le hace sentir algo.

O una mezcla de ambos, que creo que es el grupo donde mejor encajo. Ya lo he escrito varias veces por aquí, para mi los momentos vividos en cada salida fotográfica son muy importantes. Si me traigo buenas fotos pues mejor, pero si solo hay truños en la tarjeta y el momento ha valido la pena, lo compartiré con vosotros.

¿Y a que viene todo esto?

Pues viene a que en la madrugada del 9 de mayo coincidiendo con el fin del estado de alarma y de las restricciones de movilidad, he vuelto a vivir otro de esos momentos fotográficos, que aunque no me haya traído nada memorable en la tarjeta, si que no lo voy a olvidar.

Entre toques de queda y restricciones perimetrales no he podido dar rienda suelta a mi pasión por la fotografía nocturna. Así que según dieron las 00:00 h, cogí mochila y trípode para dirigirme de nuevo rumbo a las estrellas.

Elegí esta localización casi en el último momento. El plan A era subir al Picón Blanco, aunque no estaba convencido del todo. He estado varias veces, no estaba muy claro el porcentaje de nubes y es un sitio bastante popular en el que una noche como la del 9 de mayo de 2021 con final del toque de queda podía dar lugar a que hubiese movimiento por la zona.

La cosa es que si quería retomar la fotografía nocturna esa misma noche, tenía que ser un sitio relativamente cercano. De repente me vino San Pantaleón de Losa, lugar al que he ido un par de veces a por la vía láctea sin buenos resultados. Hace un par de años en uno de esos "fracasos" de vía láctea hice la misma foto que veis abajo al amanecer y pensé en repetirla con la vía láctea.

¡Ya estaba! Ya tenía localización para mi primera vía láctea tras el estado de alarma. Sin duda va a ser uno de mis grandes momentos fotográficos de 2021, al margen de la calidad de las fotografías.


De camino a la ermita de San Pantaleón de Losa, baje la ventanilla del coche para volver a oler la noche, puede sonar muy moñas si, pero la sensación de estar en marcha de nuevo es muy poderosa y agudiza los sentidos.

Una vez puestos en faena un viento más fuerte del deseado nos estuvo acompañando toda la sesión, la temperatura muy agradable. El verde de la hierba se notaba cargado de vida y emanaban los olores de primavera a cada paso que dábamos. Fue una noche de reencuentros con las sensaciones perdidas. Esta noche salí a fotografiar solamente por el puro placer de hacerlo, el apartado técnico que siempre lo hay, quedó en un plano subyacente.

Tomando como ejemplo la fotografía panorámica que abre el artículo, podemos apreciar que es una foto correcta. ¿Verdad? Aunque la composición esta un poco cogida con pinzas, aún a sabiendas que el arco de la vía láctea no iba cuadrar muy bien con la parte terrestre no me importó e hice la panorámica.

La otra fotografía, que es la que llevaba en mente al salir de casa, está algo más elaborada en cuanto a composición, buscando las lineas de la veta de piedra entre la hierba para dirigir la mirada y prestando atención en que la ermita quedara enmarcada entre la vía láctea y las caprichosas nubes que nos acompañaron. Un resultado para mi aceptable, aunque a estas alturas del año ya hubiese buscado una localización más espectacular o ya tendría en la carpeta de 2021 fotos de localizaciones más atractivas.

Si habéis llegado hasta aquí habréis notado que en esta entrada os invito a "olvidaros" de la parte técnica para poder vivir, disfrutar y fotografiar el momento. La buena noticia es que técnica y momento no tienen porque estar reñidos y habrá muchísimas ocasiones que este binomio nos dará inmensas alegrías en forma de buenos resultados. No obstante, si nuestro deseo es seguir progresando en fotografía, no podemos obviar la parte técnica. Dominando la parte técnica podremos incluso crear nuestros propios momentos, por el contrario, muchos buenos momentos se pueden ir al traste por un mal manejo de la parte técnica.


Comentarios

  1. Yo también pienso que la sensación de estar en marcha de nuevo es muy poderosa y agudiza los sentidos. Este domingo por Gorobel con la perra sin más compañía, dando una vuelta se me despertaron. No saque la cámara de la mochila 😉 aunque si saque algunas fotos con el móvil. La razón era que necesitaba moverme y parar el menor tiempo posible.
    Sobre la técnica mejor si no hablo y atiendo pues aún aprendiendo. Este blog es un buen sitio para ello. Saludos.
    Pienso que el truco es no parar, da igual el ritmo, y compruebo que al igual que para correr también vale para fotografía. 👍.
    Eskerrik asko.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Un placer leer esta entrada. Eso es, fotografiar sin mayor pretensión que disfrutar. La parte técnica sale sola si se conoce.

    Saludos.

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