La importancia de la luz en fotografía de paisaje. Variedad y momento.

 

Puesta de sol sobre un mar de nubes. 14 mm, 1/50", f11, ISO 64, ND 3 pasos.


La fotografía implica ver el mundo con otros ojos. A menudo nos centramos en la búsqueda de sujetos fotogénicos o fabulosas escenas, dejando un poco de lado la atmósfera que la luz va a aportar a la escena.

El cerebro humano está capacitado para pasar por alto una escena mal iluminada, procesar lo que los ojos ven y diferenciar colores, detalles, texturas o contrastes, pero las cámaras no son tan sofisticadas y necesitan ayudarse de la iluminación para llevar a buen puerto la fotografía que queramos lograr. 

Cuando empezamos a hacer fotografía recurrimos frecuentemente al paisaje. En la fotografía de paisaje encontramos sujetos estáticos para los cuales, a priori", no importa demasiado la intensidad de la luz. Si ésta es escasa subimos el ISO o montamos el trípode, y si por el contrario es abundante, cerramos el diafragma y/o buscamos una velocidad de obturación más rápida. Pero lo cierto es que la luz y todas sus variaciones van a añadir ambiente a nuestras fotografías. Depende de como incida la luz y cual sea su intensidad podemos obtener desde imágenes planas, sin vida, si nuestra iluminación es insuficiente, hasta escenas superadas por el rango dinámico de una intensa luz. 

Variaciones de la luz.

Vamos a ir viendo como una iluminación adecuada va a ir mostrando las formas, texturas y colores de nuestra escena. Esta iluminación va a ir determinada básicamente por la fotografía que queramos conseguir y por la posición del sol en el cielo.

 


Arriba vemos como una luz suave de un día invernal nos ofrece la posibilidad de fotografiar sin excesivos contrastes, pero nos arroja una escena demasiado monótona, falta de chispa. 

Abajo, hemos aprovechado la iluminación de la luna para resaltar los detalles y relieves de la piedra.


La luz natural es cambiante. Factores como el ángulo, la intensidad, el color o lo difuminada que esta incida, varía con la hora del día, época del año o meteorología. Motivo por el cual será difícil repetir una fotografía. Una vez seamos conscientes de esas variaciones, sabremos usarlas para nuestro interés.

Por ejemplo, los fotógrafos de paisaje, tendemos a huir de la luz dura de un mediodía soleado de verano. Esta luz genera fuertes contrastes entre luces y sombras y da lugar a que estas últimas sean muy pronunciadas, con unos bordes muy afilados, creando lo que yo llamo puntos de desinterés. Por contra, esa luz tan directa tiende a crear saturaciones muy fuertes y naturales, por lo que suelen ser las preferidas como reclamos publicitarios. Pensar en unas vacaciones en una playa paradisíaca. ¿Qué os viene a la mente? Exacto!!!! Un vibrante cielo azul sobre un mar de un intenso turquesa que termina en unas blancas arenas, todo ello enmarcado por unas verdes hojas de palmera. 

Arriba, luz dura con luces casi al límite en los pétalos, sombras muy pronunciadas y colores muy intensos. Abajo, el ángulo, el color y la difusión de la luz nos ofrece una imagen totalmente distinta. Las sombras son suaves y los colores ya no son tan intensos.

Pincha en la foto para ver como varía la luz en un mismo atardecer

El momento crítico

La luz de la fotografía de paisaje no es tan sencilla de manipular como la de estudio. Si, contamos con filtros para mitigar la intensidad o linternas y flashes para iluminar algunos sujetos por la noche, pero el resto depende del sol, de donde esté y cuanto de oculto se encuentre, Con eso, nosotros hemos de ser capaces de prever la luz en los diferentes momentos del día. 

Contamos con herramientas como aplicaciones para el móvil o el parte meteorológico que nos serás de una gran ayuda, Pero nos será aún más útil tener paciencia y capacidad de observación ya que la iluminación idónea o el golpe de luz que estamos buscando, se puede presentar y desaparecer en cuestión de segundos.

 


 Estas dos fotografías recogen los momentos previos al amanecer. La de arriba, aún de noche nos muestra la hora azul en la que la luz aún escasea y las sombras se adueñan de la escena. En principio todo apunta a un amanecer no demasiado espectacular puesto que había cierto predominio de cielo despejado.

Abajo, a segundos de que el sol hiciera su aparición. Entre una foto y otra veíamos como el cielo se iba llenando de más nubes y estas iban cogiendo el característico color de los amaneceres con viento sur. Ese día tuvimos un bonito espectáculo de color en el cielo.

Resumiendo el capítulo, como fotógrafos de paisaje debemos de tener en cuenta las diferentes variables de la luz para utilizarlas a nuestro favor y tratar de conocer y esperar el momento más oportuno para realizar nuestro disparo.
 

La luz como elemento de composición I

La luz como elemento de composición II

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