Última foto del año. Reloj solar de La Peñuca.

 

Reloj solar de La Peñuca. 14 mm, 1", f11, ISO 64.

Ya se ha acabado lo gordo de las Navidades, aún queda Reyes y el tradicional Roscón, y he de confesar que tenía grandes expectativas para estos días de vacaciones. Expectativas que se han visto truncadas mayormente por una enorme pereza en forma de cómodo sofá y en parte también por esa frase que últimamente acuñamos mucho y que no es otra que la de fatiga pandémica.

Aunque bueno, quieto tampoco he estado. A parte del sofá he usado mi tiempo libre para preparar el hide y comedero, introduciéndome en el fascinante mundo de la fotografía de aves. Fotografíe la última puesta de luna del año sobre los flysh de Barrika, que os lo contaba hace unos días aquí en el blog. Me fui a 94 km de casa a fotografiar un bonito amanecer y al llegar me llevé la sorpresa de que solo tenía el teleobjetivo... Pero bueno, el amanecer no fue tan bonito y además tenía que sacar al perro, qué más da bajarle al jardín del final de la calle. Amén de alguna cosilla más sin mayor relevancia.

En esta tesitura me encontraba. Envuelto en ese aura de pereza pandémica, pero a la vez con ganas de aprovechar el tiempo, cuando se nos ocurrió acercarnos a esta curiosa localización, el reloj solar de La Peñuca.

En el límite entre Cantabria y Burgos, en los mapas está claramente dentro del territorio castellano, aunque he leído que el reloj solar pertenece a la localidad cántabra de San pedro del Romeral. Este reloj solar que consta de una base de piedra de unas 45 toneladas y un arco de hierro con números romanos perforados en la chapa. 

La construcción del reloj solar de La Peñuca data del año 2006, cuando aprovecharon las obras del parque eólico que lo flanquea para dejarlo montado y podamos disfrutarlo a día de hoy. 29 de diciembre de 2021.

El acceso al reloj solar de La Peñuca lo haremos por la BU-574 o por la CA-633 que es la misma carretera pero en dos provincias diferentes. Si venimos de Burgos, justo en el límite de las de provincias, veremos una pista de mantenimiento de los aerogeneradores a mano derecha. Si venimos de Cantabria la pista quedará a la izquierda. Seguimos la pista durante casi 5 kilómetros y estaremos ante nuestro objetivo.

La pista no es mala, no está asfaltada pero el camino es bastante decente.

Una vez arriba, teniendo en cuenta que estamos a 1.100 metros y han colocado un parque eólico, lo primero que hemos de tener en cuenta es que va a hacer viento y no cálido precisamente. Pero bueno, con buen abrigo, aunque algo incómodo,  se lleva bien.

Las vistas impresionantes como casi siempre a esas altitudes y el atardecer que tuvimos de los de guardar en la retina.

Ya metidos en faena empezaremos hablando de la orientación. El reloj está colocado escrupulosamente orientado de norte a sur, es decir, al mirar de frente el reloj estaremos mirando al norte, el sur quedara a nuestras espaldas y el arco de hierro marcara el este a la derecha y oeste a la izquierda.

Estos datos nos revelan que es una ubicación igualmente buena para fotografiar tanto al atardecer como al amanecer. La contaminación lumínica también es escasa, pero tendríamos que optar por buscar una circumpolar o acompañarlo de fugas de nubes y olvidarnos de la vía láctea, ya que la cara posterior del reloj es poco fotogénica.

A la hora de encuadrar el reloj lo ideal es clavar la rodilla en el suelo para buscar un punto de vista bajo y que nuestro motivo quede totalmente aéreo, sin solapes con los montes del fondo. Aunque como podéis ver en la fotografía de abajo, con un punto de vista normal, que tampoco es demasiado lo que solapa.

Un punto de vista bajo estaba haciendo que perdiera parte de los colores del atardecer tapados por la roca. Decidí subir el trípode y captar esos colores.